La
Catedral de Ourense se encuentra en el corazón de la ciudad, un tanto agobiada
por las edificaciones urbanas. Es, sin duda, después de la catedral de Santiago
de Compostela, el edificio medieval más relevante de toda Galicia.
Según
la leyenda, el rey suevo Carriarico edificó un templo en el lejano siglo VI en
agradecimiento a un milagro de San Martín de Tours que libró a su hijo de la
lepra. El caso es que la Catedral ocupa el
mismo solar de la primitiva basílica del período suevo, y a lo largo de la
historia feudal de la ciudad muchas veces se vio convertida en fortaleza. Fue
declarada monumento nacional el
3 de junio de 1931 y tiene honores de Basílica desde el año 1887, por lo que se
la conoce como Basílica de San Martín
de Ourense.
La falta de noticias documentales hace que sean diversas
las opiniones sobre la construcción de la Catedral, y aunque las diferencias
son de escasos años no por ello resultan menos importantes. Pero
todos los investigadores coinciden en que podemos datarla en la segunda mitad
del siglo XII y primera del XIII habiendo sido consagrado su altar mayor en
1188.
Tiene planta de
Cruz latina, con primitiva cabecera de triple ábside (de los que hoy
queda solamente el central, mutilado), tres naves separadas por pilares
cruciformes, arcos doblados y apuntados, con bóvedas de crucería, de gran
prestancia arquitectónica. Los añadidos posteriores que no desfiguran su
fundamental unidad constituyen una variada muestra de los diferentes estilos de épocas sucesivas
(románico, gótico, renacentista, barroco, neoclásico y actual). Destaca el espectacular cimborrio gótico sobre el
crucero que se levantó entre 1499 y 1505.
En la Portada Sur, que es una de las más interesantes,
podremos contemplar a la derecha la Torre
del Reloj, que daba las horas a la ciudad, y a la izquierda, la Torre y
las Almenas que componían el sistema defensivo de la catedral.
La Portada Norte fue restaurada en el siglo XV y es una mezcla de elementos góticos y románicos.
La Portada Norte fue restaurada en el siglo XV y es una mezcla de elementos góticos y románicos.
El retablo mayor es obra de Cornelis de Holanda. Las rejas del presbiterio y coro, cuyo autor
es Celma, son de la segunda
mitad del siglo XVI. También los dos púlpitos son obra suya. La sillería del
coro (1580-1590) está hecha en madera de nogal. Sus autores son Diego de Solís y Juan de Anges, con gran influencia de
Juan de Juni. Esta sillería está desmembrada en la actualidad entre la capilla
del Santo Cristo y otros rincones del edificio.
El Santo Cristo es una imagen
gótica que impacta por su tremendo
naturalismo; la trajo el Obispo de Ourense Vasco Pérez en el siglo XIV de su
Finisterre natal. Ahora descansa en la capilla de su mismo nombre,
constituyendo un icono de la ciudad junto a las Burgas y al Puente romano.
La cabeza es de un
realismo impresionante con una boca profundamente abierta que contribuye a dar
la sensación de muerto al Cristo. La barba, el bigote y el pelo son postizos de pelo natural, circulando por la ciudad la
leyenda de que le crece. La herida
del costado es muy profunda y por todo el tronco aparecen multitud de llagas y
verdugones de gran realismo. La figura mide
dos metros de alto. Realmente impresiona a los que la ven.
La Puerta del Oeste o Pórtico del paraiso es la más espectacular y llamativa
de las entradas a la seo ourensana. Destaca por sus más que respetables
dimensiones, su enorme colección de estatuas pétreas y los restos de policromía
que conserva.
Consta
de tres grandes arcos, uno para cada nave. El central tiene parteluz. Es posterior al Pórtico de la Gloria de la catedral de
Santiago de Compostela (mediados del siglo XIII) y se inspira claramente en él.
Lo paradójico es que siendo varias décadas "más moderna" que la
compostelana su escultura se muestra bastante más románica, como se comprueba
en la geometrización de los cuerpos y la rigidez de los rasgos y gestos.
Desde el punto de vista iconográfico, muestra los
ancianos del Apocalipsis con sus instrumentos musicales en la arquivolta
central. Consta de tres arcos, uno para cada nave, y en ellos se representan a
los apóstoles, así como a otros personajes bíblicos (Profetas). También
aparecen los veinticuatro ancianos del Apocalipsis de San Juan y un conjunto de
ángeles y demonios portando a bienaventurados y condenados respectivamente.
Y
claro, no podemos olvidar que alrededor de la catedral, contamos con numerosos
bares típicos de tapeo, decenas y decenas, pero me gustaría destacar los
situados en la Rúa dos Fornos, uno de los epicentros gastronómicos de Ourense.
Arco da Vella, especializado en tortillas, chipirones y pimientos. Bimba, donde
podemos disfrutar de un apetitoso lacón con grelos. Alpendre, donde
alucinaremos con un buen pulpo. Acio vinoteca, con su pincho “delicia” y
extensa carta de vinos. Asador de Roa, en Rua San Miguel, especializado en
cocina castellana realizada en horno de leña. También en esta calle Casa María Andrea, con una fachada espectácular, como su cocido, pulpo y bacalao. O Lar de Sabela, con su carne ó caldeiro, en Rua Eironciños dos cabaleiros. Mata-lo bicho, en la enxebre Plaza de
Magadalena, combina comida tradicional e innovación. Y por último, cualquier
Ruta gastronómica de pinchos por la ciudad debe pasar por la Rúa Lepanto, donde
destacaría Porta Norte y sus chuletones de buey a 10 metros escasos de la
Puerta septeptrional de la catedral. Buena visita cultural, y buen provecho.
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